A continuación en esta entrada se publicaran opiniones de 3 distintos medios de comunicación sobre el desempeño de los atletas mexicanos que participaron en los juegos olímpicos Río 2016.
Periódico:
Les han dicho de
todo: turistas, mediocres, paseantes, inútiles. Les han cuestionado todo,
comenzando por supuesto por sus resultados. Les han culpado del fracaso como si
fueran ellos los causantes no solo de la pobre cosecha de medallas de la
delegación mexicana en Río, sino del triste estado del deporte nacional.
¿Eso son los
deportistas mexicanos que fueron a los juegos Olímpicos del Río de Janeiro?
Como pocas veces, la
afición mexicana se ha abalanzado contra sus representantes en las canchas, en
las pistas, en el agua. La sequía de los primeros días de competencia y la
eliminación del seleccionado del fútbol, que no pudo refrendar el oro que
obtuvo en Londres, contribuyeron a crear un ánimo adverso que encontró su
natural expresión en las redes sociales. Por supuesto que los desatinos del
director de la CONADE y los pretextos de algunos directivos de federaciones
solo alimentaron ese mal, que digo mal, pésimo humor.
Con la facilidad que
otorga la tecnología, una suerte de ola perversa se adueñó del espíritu olímpico
de los fans mexicanos: Cada mal desempeño provocaba críticas más feroces, más
injustas, más ignorantes, mientras que los burócratas del deporte, con un
desparpajo verdaderamente antológico, hacían mutis y se ocultaban convenientemente.
Claro, en cuanto se
asomaba la posibilidad de una medalla todos se apersonaban para celebrar a
destiempo, para tratar de colgársela o para evitar que otros más lo hicieran a
su costa. Lo mismo en el box que en la marcha, en los clavados, en el taekwondo
o el pentatlón, todos se subieron al tren del festejo y de la hipérbole. Como
si fueran verdaderos héroes nacionales o santos hacedores de milagros, quienes
los ignoraban o denostaban súbitamente los hicieron suyos, los subieron al pedestal,
se tragaron sus críticas demoledoras y los adoraron.
Tan mal una cosa
como la otra, porque los atletas mexicanos pusieron empeño, esfuerzo y
sacrificios, pero no son ellos a quienes toca la responsabilidad de lo mucho malo
que hay en el mundo deportivo de nuestro país.
Excepción hecha del
representativo de fútbol, que cuenta con amplios, casi ilimitados recursos,
todos los demás deportistas mexicanos sufrieron desde dificultades administrativas
hasta obstáculos que parecerían insalvables: falta de recursos y de
instalaciones adecuadas para entrenar; falta de equipo adecuado y digno para
entrenar y hasta para competir; falta de acreditaciones y/o facilidades para
que sus entrenadores o médicos los acompañaran.
El ejemplo más
dramático fue por supuesto el de Misael Rodríguez, el joven boxeador que apenas
el año pasado, con todo y su medalla panamericana, tuvo que salir a botear (un eufemismo
mexicano para el acto de pedir limosna) en las calles junto con sus compañeros
ante la negativa de la CONADE de dar recursos a su federación. Pero si ese es
el más extremo, no es ni de lejos el único.
El domingo, en
primera plana de EL UNIVERSAL, Enrique Alvarado y Alejandro Juárez, en un
excelente reportaje, documentan la manera en que Alfredo Castillo, en su afán
de someter a las federaciones, terminó castigando a los deportistas. Y todavía
tuvo el descaro de posar con algunos de ellos para la foto en Río. No justifico,
ni de lejos, a las federaciones que deben ser todas mucho más transparentes en
el manejo de recursos públicos, pero las vendettas de Castillo sólo afectaron a
los que menos debían.
La casi celestial
caída de tres medallas el sábado hizo que el resultado final de la delegación
mexicana fuera un poco menos lamentable, pero mal haríamos en olvidar la esa si
justificada indignación de la sociedad por la manera en que los de pantalón
largo se condujeron antes y durante los juegos.
El deporte mexicano
necesita una limpia, pero no de las de los brujos de Catemaco, sino una
encabezada por quienes verdaderamente deseen arreglar ese cochinero de
dimensiones olímpicas que es nuestro deporte.
@gabrielguerrac
Gabriel Guerra
Castellanos.
Fuente: Tribuna Cd. del Carmen.
Internet:
Los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro casi cumplen una semana y
hasta el momento la delegación mexicana no ha obtenido una sola medalla.
Diversos
atletas han participado en varias categorías como tenis de mesa,
ciclismo de ruta, levantamiento de pesas, tiro con arco y fútbol, entre
otras, pero hasta el momento ningún deportista mexicano ha subido al
podio.
Tras la eliminación de la selección mexicana de fútbol en
la primera ronda, el sentimiento de fracaso se ha incrementado y la
mirada está puesta sobre el titular de la Comisión Nacional del Deporte
(CONADE), Alfredo Castillo, quien ha sido captado en fotografías con su
novia y es señalado por utilizar recursos públicos destinados a los
atletas para llevar de viaje a su pareja y por estar más pendiente de su
vida personal que de los fallidos resultados de los deportistas
nacionales.
Al ser cuestionado sobre los malos resultados, Castillo dijo en entrevista con MVS Noticias que "quienes tienen que ver el tema del rendimiento son las federaciones, la CONADE es una agencia de viajes".
Pero ¿cuánto cuesta esa 'agencia de viajes' al país?
El
presupuesto para los Juegos Olímpicos fue de al menos 17 millones de
pesos (938.744 dólares), que el Gobierno federal puso a disposición del
Comité Olímpico Mexicano y la CONADE para que a su vez fueran entregados
al Comité Olímpico Internacional para traslados, hospedaje y gastos de
los 126 atletas mexicanos en Río 2016. Esto significa que la estancia de
cada atleta mexicano en los Juegos Olímpicos es de como mínimo 134.920
pesos (7.450 dólares).
Dentro de la delegación mexicana hay
atletas que no están contentos. Un ejemplo es el halterista Bredni
Roque, quinto en la categoría de los 69 kilogramos, y que salió a
competir con un uniforme que no era el avalado por el Comité Olímpico
Mexicano, rompiendo las reglas al usar otro al que le puso unos parches para tapar los logos de Adidas y Valero.
Por
su parte, la arquera Aida Román, una de las esperanzas de medalla,
regresó a México responsabilizando de los malos resultados a Alfredo
Castillo.
De acuerdo con datos del Fondo para el Deporte de
Alto Rendimiento y Transparencia de México, fueron 145 millones de
pesos (8,6 millones de dólares) los que se otorgaron en becas para la
preparación de los atletas mexicanos (deportes olímpicos y no olímpicos)
durante el proceso a los Juegos de Río 2016 (2013-2016).
La delegación de 120 atletas que representan a México en Río
de Janeiro recibió del Gobierno federal 17 millones de pesos (938.744
dólares), la mitad de lo que se esperaba, lo que afectó su preparación e
hizo que el Comité Olímpico Mexicano (COM) se endeudara con un millón
de dólares con el Comité Olímpico Internacional (COI).
Para
reunir los recursos faltantes, el COM acudió a patrocinadores y hasta a
los mexicanos de a pie, a través de una campaña de redondeo.
"No
teníamos recursos ni para comprar la comida para los atletas, y con
este apoyo salimos adelante eso nos obligó a ser más proactivos en
la búsqueda de patrocinios. El primero fue Nissan, luego Banamex,
Telcel y Grupo Ángeles, este con su negocio de hospitales y los hoteles
Camino Real; también USG, una empresa estadounidense de materiales de
construcción, y Chedraui", dijo Carlos Padilla, presidente del COM.
Televisión:
Rescaté en Youtube una opinión que dio la periodista Beatriz Pereyra en el canal ProcesoTV.
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