lunes, 5 de septiembre de 2016

Opinión y desempeño de los atletas mexicanos que participaron en los juegos olímpicos.

A continuación en esta entrada se publicaran opiniones de 3 distintos medios de comunicación sobre el desempeño de los atletas mexicanos que participaron en los juegos olímpicos Río 2016.

Periódico:

Les han dicho de todo: turistas, mediocres, paseantes, inútiles. Les han cuestionado todo, comenzando por supuesto por sus resultados. Les han culpado del fracaso como si fueran ellos los causantes no solo de la pobre cosecha de medallas de la delegación mexicana en Río, sino del triste estado del deporte nacional.

¿Eso son los deportistas mexicanos que fueron a los juegos Olímpicos del Río de Janeiro?

Como pocas veces, la afición mexicana se ha abalanzado contra sus representantes en las canchas, en las pistas, en el agua. La sequía de los primeros días de competencia y la eliminación del seleccionado del fútbol, que no pudo refrendar el oro que obtuvo en Londres, contribuyeron a crear un ánimo adverso que encontró su natural expresión en las redes sociales. Por supuesto que los desatinos del director de la CONADE y los pretextos de algunos directivos de federaciones solo alimentaron ese mal, que digo mal, pésimo humor.

Con la facilidad que otorga la tecnología, una suerte de ola perversa se adueñó del espíritu olímpico de los fans mexicanos: Cada mal desempeño provocaba críticas más feroces, más injustas, más ignorantes, mientras que los burócratas del deporte, con un desparpajo verdaderamente antológico, hacían mutis y se ocultaban convenientemente.

Claro, en cuanto se asomaba la posibilidad de una medalla todos se apersonaban para celebrar a destiempo, para tratar de colgársela o para evitar que otros más lo hicieran a su costa. Lo mismo en el box que en la marcha, en los clavados, en el taekwondo o el pentatlón, todos se subieron al tren del festejo y de la hipérbole. Como si fueran verdaderos héroes nacionales o santos hacedores de milagros, quienes los ignoraban o denostaban súbitamente los hicieron suyos, los subieron al pedestal, se tragaron sus críticas demoledoras y los adoraron.

Tan mal una cosa como la otra, porque los atletas mexicanos pusieron empeño, esfuerzo y sacrificios, pero no son ellos a quienes toca la responsabilidad de lo mucho malo que hay en el mundo deportivo de nuestro país.

Excepción hecha del representativo de fútbol, que cuenta con amplios, casi ilimitados recursos, todos los demás deportistas mexicanos sufrieron desde dificultades administrativas hasta obstáculos que parecerían insalvables: falta de recursos y de instalaciones adecuadas para entrenar; falta de equipo adecuado y digno para entrenar y hasta para competir; falta de acreditaciones y/o facilidades para que sus entrenadores o médicos los acompañaran.

El ejemplo más dramático fue por supuesto el de Misael Rodríguez, el joven boxeador que apenas el año pasado, con todo y su medalla panamericana, tuvo que salir a botear (un eufemismo mexicano para el acto de pedir limosna) en las calles junto con sus compañeros ante la negativa de la CONADE de dar recursos a su federación. Pero si ese es el más extremo, no es ni de lejos el único.

El domingo, en primera plana de EL UNIVERSAL, Enrique Alvarado y Alejandro Juárez, en un excelente reportaje, documentan la manera en que Alfredo Castillo, en su afán de someter a las federaciones, terminó castigando a los deportistas. Y todavía tuvo el descaro de posar con algunos de ellos para la foto en Río. No justifico, ni de lejos, a las federaciones que deben ser todas mucho más transparentes en el manejo de recursos públicos, pero las vendettas de Castillo sólo afectaron a los que menos debían.

La casi celestial caída de tres medallas el sábado hizo que el resultado final de la delegación mexicana fuera un poco menos lamentable, pero mal haríamos en olvidar la esa si justificada indignación de la sociedad por la manera en que los de pantalón largo se condujeron antes y durante los juegos.

El deporte mexicano necesita una limpia, pero no de las de los brujos de Catemaco, sino una encabezada por quienes verdaderamente deseen arreglar ese cochinero de dimensiones olímpicas que es nuestro deporte.
 
@gabrielguerrac
Gabriel Guerra Castellanos.
Fuente: Tribuna Cd. del Carmen. 


Internet:


Los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro casi cumplen una semana y hasta el momento la delegación mexicana no ha obtenido una sola medalla.

Diversos atletas han participado en varias categorías como tenis de mesa, ciclismo de ruta, levantamiento de pesas, tiro con arco y fútbol, entre otras, pero hasta el momento ningún deportista mexicano ha subido al podio.

Tras la eliminación de la selección mexicana de fútbol en la primera ronda, el sentimiento de fracaso se ha incrementado y la mirada está puesta sobre el titular de la Comisión Nacional del Deporte (CONADE), Alfredo Castillo, quien ha sido captado en fotografías con su novia y es señalado por utilizar recursos públicos destinados a los atletas para llevar de viaje a su pareja y por estar más pendiente de su vida personal que de los fallidos resultados de los deportistas nacionales.
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Al ser cuestionado sobre los malos resultados, Castillo dijo en entrevista con MVS Noticias que "quienes tienen que ver el tema del rendimiento son las federaciones, la CONADE es una agencia de viajes".

Pero ¿cuánto cuesta esa 'agencia de viajes' al país?

El presupuesto para los Juegos Olímpicos fue de al menos 17 millones de pesos (938.744 dólares), que el Gobierno federal puso a disposición del Comité Olímpico Mexicano y la CONADE para que a su vez fueran entregados al Comité Olímpico Internacional para traslados, hospedaje y gastos de los 126 atletas mexicanos en Río 2016. Esto significa que la estancia de cada atleta mexicano en los Juegos Olímpicos es de como mínimo 134.920 pesos (7.450 dólares). 
Dentro de la delegación mexicana hay atletas que no están contentos. Un ejemplo es el halterista Bredni Roque, quinto en la categoría de los 69 kilogramos, y que salió a competir con un uniforme que no era el avalado por el Comité Olímpico Mexicano, rompiendo las reglas al usar otro al que le puso unos parches para tapar los logos de Adidas y Valero.

Por su parte, la arquera Aida Román, una de las esperanzas de medalla, regresó a México responsabilizando de los malos resultados a Alfredo Castillo.
De acuerdo con datos del Fondo para el Deporte de Alto Rendimiento y Transparencia de México, fueron 145 millones de pesos (8,6 millones de dólares) los que se otorgaron en becas para la preparación de los atletas mexicanos (deportes olímpicos y no olímpicos) durante el proceso a los Juegos de Río 2016 (2013-2016).
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La delegación de 120 atletas que representan a México en Río de Janeiro recibió del Gobierno federal 17 millones de pesos (938.744 dólares), la mitad de lo que se esperaba, lo que afectó su preparación e hizo que el Comité Olímpico Mexicano (COM) se endeudara con un millón de dólares con el Comité Olímpico Internacional (COI).

Para reunir los recursos faltan­tes, el COM acudió a patrocina­dores y hasta a los mexicanos de a pie, a través de una campa­ña de redondeo.

"No teníamos recursos ni para comprar la comida para los atletas, y con este apoyo salimos adelante eso nos obligó a ser más proactivos en la búsque­da de patrocinios. El primero fue Nissan, luego Banamex, Telcel y Grupo Ángeles, este con su negocio de hospitales y los hoteles Camino Real; también USG, una empresa estadounidense de materiales de construcción, y Chedraui", dijo Carlos Padilla, presiden­te del COM.


Televisión:

Rescaté en Youtube una opinión que dio la periodista Beatriz Pereyra en el canal ProcesoTV.

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